THINK GLOBAL

Santiago, mi hijo, termina este año el Liceo y comienza en septiembre sus estudios universitarios. Su sueño era estudiar en Francia y su papá y yo decidimos hacer todo lo que estaba en nuestras manos para lograrlo. Ambos hemos tomado este proceso de buscar universidades, analizar costos, pasar horas en internet buscando alojamientos para Santiago, como una aventura, como un nuevo reto que disfrutamos. Pegamos los consabidos post-it en el baño, junto al televisor, sobre la mesita de noche, en la nevera con frases positivas acerca de nuestros proyectos. 

Sin embargo, no fue fácil protegernos de las personas que nos tildaron de "locos e irresponsables" por ilusionar a nuestro hijo con algo inalcanzable como enviarlo al otro lado del mundo en una universidad costosa en la que la entrada es bastante difícil. Como si pensar más allá de lo parroquial y fácilmente obtenible fuera un error. Nos cuestionamos para analizar si estábamos obrando mal como padres, el miedo y otros fantasmas estaban luchando por entrar y aniquilar nuestro entusiasmo. 

Con cierta aprensión fuimos a hablar con el Director del colegio para buscar consejo sobre Plan B, C, D, y todas las alternativas posibles en caso de que Santiago no pasara en el Plan A. Vió las notas de nuestro hijo con cierto escepticismo. Seguramente estaba pensando lo mismo que todos los aquellos que guiados por sus propios miedos y limitaciones nos reprochaban ser tan ilusos. Unos segundos después, como buen francés, nos dijo sin "suavizantes" que dejáramos de buscar otras opciones y angustiarnos por pendejadas, que las notas y el perfil de Santiago eran los adecuados para pasar en esa universidad. En pocas palabras, eso era lo único que tenía que preocuparnos, y ya era un hecho. 

Y así ha sido. Cada día que pasa, un nuevo hecho nos muestra que, lo que parecía una locura, se ha ido convirtiendo en algo posible. Yo pienso que son milagros, Fer, el papá de Santiago, piensa que es normal porque los tres pensamos "global", y la intención atrae la realidad que buscamos. Es cierto, somos diferentes y eso hace que encontremos mucha resistencia y desconfianza a nuestro alrededor. Pero sabemos los riesgos de pensar en "pequeño", y estamos felices de enseñarle a Santiago, con nuestro ejemplo, a pensar "global".