La vida me pone sin preaviso ante un nuevo desafío. Enseñar. Comencé a dar clases de francés.La experiencia es algo que vale la pena consignar en este blog.
Mis alumnos son niños y aún no he podido decidir si yo soy el profesor o el alumno. Verlos analizando una pregunta, concentrados buscando la respuesta correcta y luego admirar sus ojos que brillan cuando la encuentran es tan delicioso como un cheesecake de frutos rojos, o música para mis oídos. Como siempre que me zambullo en una nueva experiencia, estudié el asunto desde varios ángulos, repasé mentalmente lo que compartí con cada uno de mis alumnos en esa primera sesión y sólo así pude preparar las clases pensando en la personalidad de cada uno. ¡ Qué sorpresa descubrir que luego de una hora de charla había podido descubrir su universo personal!
En toda mi vida de estudiante nunca pensé que el profesor pudiera interesarse en conocer al alumno. Al menos lo suficiente para darle un enfoque y un estilo especial a una materia. Y sin embargo, pienso que es indispensable. El small talk para quebrar el hielo se vuelve casi tan importante como la clase misma. Sólo entrando a su mundo podía ser capaz de ver qué clase de profesor debía ser. Sólo así podía asegurarme que mi alumno entendería realmente el mensaje. Escucharlos me permite conocerlos cada vez un poco más. Y ahí opera la magia. Lo que me pasa cada vez que hablo con un niño o un adolescente. Por lo general son abiertos al mundo y a lo nuevo. Por un breve instante, veo el mundo a través de sus ojos, y eso me cambia completamente la mirada que como adulto puedo tener de la realidad. Vuelvo a la simplicidad de la infancia y me siento bendecida por esa oportunidad. Recargo las pilas y vuelvo a ver la vida con entusiasmo. Los problemas de la vida diaria pasan a un segundo plano y retomo mis armas de guerrera. Mis alas se despliegan y siento nuevamente que todo es posible.
Es así como me ví pasando con rapidez de las fábulas de Jean de La Fontaine a los últimos libros de Cassandra Clare y sus Cazadores de Sombras.
Dos momentos resumen el resultado de mi experiencia: El entusiasmo de mi alumno de 8 años cuando llegué y la tristeza de mi alumna cuando me iba.
No puedo negarles que espero con ansia mi próxima clase. Profesora o alumna, ¿Who Cares?.
En el website www.alenavasmar.com estoy poniendo videos que pueden visitar. El último, una canción que me encanta de Cats on Trees, " Love you like a love song".
Feliz semana,
Feliz semana,