Somos seres humanos que vivimos en sociedad y se que es inevitable compararnos con los demás. Es más, no me gustan las comparaciones. Sin embargo, esta semana, las comparaciones me llevaron a descubrir riquezas de las que no era consciente. Les contaré una historia y luego las conclusiones a las que llegué.
El viernes pasado Santiago tenía una salida con la clase a una pieza de teatro en Marsella. Debido a que la presentación era a las 20h30, no era posible conseguir un bus especial para salidas escolares, como suele hacerse con las salidas en el día. La profesora de francés envió una nota a los padres con un mes de anticipación para saber qué alumnos podían ir, si los padres podían acompañarlos, llevarlos, llevar otros niños etc. Envié la respuesta al día siguiente autorizando a Santiago a ir y a proponernos para acompañarlos. Nos encanta el teatro, nos parecía excelente el plan. Santiago avisó que teníamos dos puestos libres y una compañera le pidió ir con nosotros. Como vivimos cerca del colegio, le propuse a Santiago que la invitara a venir con él a la salida de clase, pasar el resto de la tarde con nosotros esperando las 19h, hora en que Patrice nos recogería para irnos a Marsella. Le propuse a Santiago que hiciéramos con ella uno de nuestros "planes de los viernes" que a veces hacemos: irnos en bus al centro, comer una pizza en la calle como hacen los "universitarios", luego una "crêpe au nutella", igualmente en la calle y luego devolvernos al apartamento. Como es viernes, hay trancones por todas partes y un trayecto que normalmente dura 15 minutos duró casi 40 minutos. Tiempo suficiente para conversar y conocernos. Ella nos habló de su "mundo" y nosotros del nuestro. Para contarnos sobre ella, nos habló de las posiciones super importantes de los papás, de cuántos IPad, IPhone, IPod tenían en la casa, de cómo en las vacaciones de primavera (dos semanas) siempre escogían un país diferente para visitar, hace tres años a USA, hace dos años a Emiratos Arabes Unidos, el año pasado a Sudáfrica, y que este año iban a Marruecos. También nos contó que estaba muy contenta de haber recibido del Consejo de Clase "Felicitaciones" en el segundo trimestre, que se sentía muy orgullosa de haberlo obtenido junto con Santiago ( él no había tenido tiempo de contarme que también había obtenido la misma mención). Fue sobre todo un comentario de admiración más que de envidia o de celos. Para resumir el cuento, fuímos al centro, nos comimos el pedazo de pizza, ellos comieron sus crêpes y, pasamos una tarde muy agradable. Según lo previsto, Patrice nos recogió y durante todo el camino, gracias a que Santiago nos mantiene actualizados, oímos música " de jóvenes". La pieza de teatro fue muy buena, los niños que lograron organizarse para ir lo disfrutaron mucho, nosotros los adultos también. De regreso, la niña estaba muy agradecida con nosotros, no dejaba de hablar, era un verdadero "moulin à paroles", de cómo estaba encantada de hacer este plan, cómo nunca antes había ido a teatro, ni hecho una salida así con los papás y disfrutarlo tanto. Fue una experiencia rica en enseñanzas.
Comprendí que todo es cuestión de perspectiva. Comparar, en el sentido positivo, ayuda a relativizar, a sentir que, después de todo, las diferencias, en lugar de alejarnos, nos acercan en lo esencial. Todos de alguna manera, tenemos riquezas. Cada encuentro con alguien que piensa o vive diferente a nosotros es una magnífica oportunidad de enriquecernos, de aprender algo nuevo, de valorar algo que es natural para nosotros y que puede no serlo para los demás.
Les adjunto un video de una canción que nos encanta. Es un buen ejemplo de que no importa el color, el peso, la estatura, el trabajo que realicemos, dónde nos encontremos, si miramos bien, hay algo que nos hace únicos y felices de serlo. Feliz semana
https://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=y6Sxv-sUYtM
Comprendí que todo es cuestión de perspectiva. Comparar, en el sentido positivo, ayuda a relativizar, a sentir que, después de todo, las diferencias, en lugar de alejarnos, nos acercan en lo esencial. Todos de alguna manera, tenemos riquezas. Cada encuentro con alguien que piensa o vive diferente a nosotros es una magnífica oportunidad de enriquecernos, de aprender algo nuevo, de valorar algo que es natural para nosotros y que puede no serlo para los demás.
Les adjunto un video de una canción que nos encanta. Es un buen ejemplo de que no importa el color, el peso, la estatura, el trabajo que realicemos, dónde nos encontremos, si miramos bien, hay algo que nos hace únicos y felices de serlo. Feliz semana
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