FRASE DE LA SEMANA

"Stay hungry! Stay foolish! " Steve Jobs
" The Universe, as we know it, is a joint product of the observer and the observed" Teilhard de Chardin
" El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevas tierras, sino en ver con nuevos ojos" Marcel Proust

lundi 31 mars 2014

COMPARACIONES

Somos seres humanos que vivimos en sociedad y se que es inevitable compararnos con los demás. Es más, no me gustan las comparaciones. Sin embargo, esta semana, las comparaciones me llevaron a descubrir riquezas de las que no era consciente. Les contaré una historia y luego las conclusiones a las que llegué. 

El viernes pasado Santiago tenía una salida con la clase a una pieza de teatro en Marsella. Debido a que la presentación era a las 20h30, no era posible conseguir un bus especial para salidas escolares, como suele hacerse con las salidas en el día. La profesora de francés envió una nota a los padres con un mes de anticipación para saber qué alumnos podían ir, si los padres podían acompañarlos, llevarlos, llevar otros niños etc. Envié la respuesta al día siguiente autorizando a Santiago a ir y a proponernos para acompañarlos. Nos encanta el teatro, nos parecía excelente el plan. Santiago avisó que teníamos dos puestos libres y una compañera le pidió ir con nosotros. Como vivimos cerca del colegio, le propuse a Santiago que la invitara a venir con él a la salida de clase, pasar el resto de la tarde con nosotros esperando las 19h, hora en que Patrice nos recogería para irnos a Marsella. Le propuse a Santiago que hiciéramos con ella uno de nuestros "planes de los viernes" que a veces hacemos: irnos en bus al centro, comer una pizza en la calle como hacen los "universitarios", luego una "crêpe au nutella", igualmente en la calle y luego devolvernos al apartamento. Como es viernes, hay trancones por todas partes y un trayecto que normalmente dura 15 minutos duró casi 40 minutos. Tiempo suficiente para conversar y conocernos. Ella nos habló de su "mundo" y nosotros del nuestro. Para contarnos sobre ella, nos habló de las posiciones super importantes de los papás, de cuántos IPad, IPhone, IPod tenían en la casa, de cómo en las vacaciones de primavera (dos semanas) siempre escogían un país diferente para visitar, hace tres años a USA, hace dos años a Emiratos Arabes Unidos, el año pasado a Sudáfrica, y que este año iban a Marruecos. También nos contó que estaba muy contenta de haber recibido del Consejo de Clase "Felicitaciones" en el segundo trimestre, que se sentía muy orgullosa de haberlo obtenido junto con Santiago ( él no había tenido tiempo de contarme que también  había obtenido la misma mención). Fue sobre todo un comentario de admiración más que de envidia o de celos. Para resumir el cuento, fuímos al centro, nos comimos el pedazo de pizza, ellos comieron sus crêpes y, pasamos una tarde muy agradable. Según lo previsto, Patrice nos recogió y durante todo el camino, gracias a que Santiago nos mantiene actualizados, oímos música " de jóvenes". La pieza de teatro fue muy buena, los niños que lograron organizarse para ir lo disfrutaron mucho, nosotros los adultos también. De regreso, la niña estaba muy agradecida con nosotros, no dejaba de hablar, era un verdadero "moulin à paroles", de cómo estaba encantada de hacer este plan, cómo nunca antes había ido a teatro, ni hecho una salida así con los papás y disfrutarlo tanto. Fue una experiencia rica en enseñanzas.

Comprendí que todo es cuestión de perspectiva. Comparar, en el sentido positivo, ayuda a relativizar, a sentir que, después de todo, las diferencias, en lugar de alejarnos, nos acercan en lo esencial. Todos de alguna manera, tenemos riquezas. Cada encuentro con alguien que piensa o vive diferente a nosotros es una magnífica oportunidad de enriquecernos, de aprender algo nuevo, de valorar algo que es natural para nosotros y que puede no serlo para los demás.

Les adjunto un video de una canción que nos encanta. Es un buen ejemplo de que no importa el color, el peso, la estatura, el trabajo que realicemos, dónde nos encontremos, si miramos bien, hay algo que nos hace únicos y felices de serlo. Feliz semana

  https://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=y6Sxv-sUYtM






lundi 24 mars 2014

INDIFERENCIA

Siguiendo con el tema de la semana pasada, hoy quiero contarles una experiencia que tuve el sábado pasado. Una vez más, no se trata de una historia sobre la religión. Se trata más bien de una mirada esencialmente humanista de una experiencia que tiene que ver con la religión. 

El sábado pasado Santiago y yo fuimos a un grupo de discusión del libro Evangelii Gaudium del Papa Francisco. Había la posibilidad de inscribirse en pequeños grupos y reunirse en las casas. No me dieron ganas. Sin embargo, cuando el Padre Vincent propuso un grupo los sábados en la mañana "sin necesidad de inscripción", la rebelde en mi dijo: presente. El Padre Vincent fue quien celebró la Primera Comunión de Santiago hace ya casi 4 años. Santiago y yo somos sus admiradores secretos. Es un hombre delgado, alto, se está quedando sin pelo en el centro de la cabeza, de piel muy blanca y ojos pequeños que siempre parecen estar sonriendo. No tiene edad. Ni siquiera pienso que sea de este mundo pues respira santidad. Camina despacio, habla despacio, y refleja una infinita paciencia y serenidad en todo lo que hace. Eramos un grupo de 8 personas, incluyendo al Padre Vincent. Santiago y yo eramos los "nuevos" así que fuimos invitados a presentarnos. No conocía a nadie y una vez más tuve derecho al sentimiento de "outsider". Me limité a decir mi nombre. Y el Padre Vincent agregó " pertenecen a esta parroquia desde hace muchos pero muchos años y me complace mucho tenerlos aquí en este grupo", inmediatamente se dirigió a Santiago y le hizo preguntas sobre el colegio.  Había logrado hacernos sentir que "pertenecíamos" a la parroquia. Sentí un "fresquito", no tenía por qué sentirme nerviosa. Estaba en casa y tenía tanto derecho como los demás a estar ahí. Pensé que íbamos a pasar una hora discutiendo sobre el libro que yo ya estaba terminando de leer. Los demás, como buenos franceses, estaban dispuestos a cuestionar la Iglesia. Pienso que el Padre tenía como objetivo, ayudarnos a entender el mensaje del Papa y tratar de aplicarlo a la Parroquia. Pues no ocurrió nada de lo anterior. 

En un primer momento, el Padre nos instó a dar nuestra opinión sobre la manera de "sacar a la Iglesia de sus muros". Silencio total.  A mí me dan pena esos "vacíos" y siempre termino diciendo cualquier pendejada para romper el silencio. Así que ante la mirada aterrada de Santiago que me decía con los ojos " mami, no vayas a hacerme pasar una pena" me lancé al ruedo. Dije algo así como que la "Iglesia" somos cada uno de nosotros y que lo primero que había que hacer era dejar la indiferencia", acordándome de la expresión del Papa "mundialización de la indiferencia". Y les hablé de cómo me había impresionado que al preguntarle a mi hijo que habían dicho sus compañeros sobre el avión de Malasia, o sobre Ukrania, o sobre las elecciones a alcalde que se llevaron a cabo ayer, ninguno de sus compañeros había dicho nada. En sus casas no discuten de esos temas. Me parece bien no hablar siempre de lo malo que ocurre en el mundo a los niños pero también me puse a pensar si era sano no hacerles ver lo que pasa allá fuera, y sobre todo, no mostrarles con nuestro ejemplo, que los problemas de los demás, también nos conmueven. No se trata simplemente de decir " como no me afecta, no me importa". Y para qué fue eso. Finalmente, todos hablamos, y lo mejor del cuento, hablamos de todo menos de religión. Hablamos de escuchar y conmovernos, de salirnos de nuestros problemas y osar escuchar al otro. La señora que estaba al lado de Santiago dijo que se sentía avergonzada de no mostrar la más mínima compasión por lo que pasaba en otros países en guerra y que era cierto que sus hijos no sabían nada de la suerte que tenían de vivir en un país en paz. Una señora habló de cómo era nueva en la ciudad y que nadie se les había acercado ni a ella ni a sus hijas ni en la parroquia ni en el colegio. El señor que estaba a mi lado dijo que se avergonzaba de haber comprado el libro del Papa por hacer una obra de caridad pero que ni siquiera había leído un párrafo y que veía que yo tenía el libro lleno de post-it, anotaciones, caritas felices etc. Hasta el Padre terminó confesándonos que le entristecía darse cuenta que la gente pensaba que los sacerdotes sólo "respiran, comen santidad todo el día", y que ellos se sentían en la obligación de "hablar de religión" cuando se morían de ganas de ser tratados como personas normales, que les gusta el fútbol, la música, el cine etc. Hasta yo me atreví a confesar que era mi esposo "no creyente" que me había despertado en la mañana y casi literalmente me había obligado a apresurarme para la reunión que yo le había dicho tenía en la Parroquia. El Padre Vincent me dijo sonriendo: " Ah el peligro de las etiquetas... cuántas personas que se auto-califican de "no creyentes" hacen más por el prójimo de manera "silenciosa" que los que se autocalifican de " fervientes católicos practicantes" que se permiten juzgar a los que no entran en el molde, en lo que consideran que es la LEY, cierto?" y luego nos recordó que la reunión sólo debía durar una hora. No vimos el tiempo pasar. Y cada uno de nosotros salió de la reunión un poco más humanos que al llegar. Hoy me enteré que el abstencionismo a las elecciones de alcalde fue de casi un 40%. Cuánto daño hace la indiferencia!!! 

Les adjunto unas fotos que tomé el domingo para marcar el comienzo de la primavera.










lundi 17 mars 2014

CONEXION

Siguiendo con las sincronicidades, esta semana quiero hablarles sobre tres hechos que, sin ninguna conexión aparente, marcaron mi semana.

Una persona de mi entorno me contó una anécdota de su niñez y sin mencionar nombres quiero compartirla con ustedes. Actualmente es un adulto, hecho y derecho, y tiene la costumbre de ir a la cocina antes de dormirse para comerse una galleta. Sólo hasta esta semana, conversando de los recuerdos de la niñez, descubrió la conexión existente entre esta costumbre y un hecho del pasado. Viene de una familia numerosa y a medida que fueron creciendo, los hijos se iban a dormir solos mientras los papás terminaban la velada, bien sea arreglando la cocina u ocupándose de los asuntos de la casa que por falta de tiempo en el día no podían realizar. La mamá les decía que antes de acostarse iría a darles un beso de buenas noches. Pero este niño quería una galleta. Su mamá le prometía llevársela más tarde. El niño se dormía, cansado de esperar que su mamá fuera a llevarle la galleta. Al día siguiente, cuando se despertaba, muchas veces encontraba la galleta en la mesita de noche. El niño quedaba triste. Ya no era lo mismo. Era demasiado tarde. Lo curioso es que un hecho tan simple quedó gravado en el corazón del niño, y el adulto de hoy sigue repitiendo la costumbre.

El Dr. Eben Alexander es un neurocirujano estadounidense. En 2003, contrajo una bacteria E.coli que le ocasionó una meningitis que lo llevó a un estado de coma con un 10% de probabilidades de sobrevivir o de volver a llevar una vida normal. Finalmente sólo estuvo "inconsciente" una semana y contra todos los pronósticos en algo así como tres meses recuperó el habla, la memoria, y demás funciones. En 2012 publicó el libro " Proof of Heaven". Aún no he leído el libro. Lo vi en una entrevista y me impresionó no solamente lo que contó sino la manera de contarlo. En esos días en los que estuvo en coma tuvo una experiencia ( en inglés la llaman NDE ) espiritual que le cambió la vida. En términos médicos, su cerebro había dejado de funcionar, era imposible tener cualquier tipo de sueños o visiones. Su hijo, estudiante de medicina, fue quien lo impulsó a escribir todo lo que había visto para no olvidar. No tenía acceso a ningún otro libro ni ningún otro tipo de información sobre testimonios de otras personas que hubieran tenido el mismo tipo de experiencia. Luego lo motivó a publicar un libro porque tenía que transmitir ese mensaje al mundo. Durante su estado de coma, estuvo acompañado por alguien a quien él identificó como Angel de la Guarda y sintió una presencia amorosa en todo momento. Hubo una frase que me llamó especialmente la atención : "No hay razón alguna para tener miedo, somos amados con un amor tan fuerte y tan grande que no es posible explicarlo con palabras." 

El Papa Francisco cumplió un año de papado y publicó una Exhortación Apostólica llamada Evangelii Gaudium. Para aquellos de mis lectores que no son católicos, quiero aclarar que no voy a hacer "proselitismo religioso".  Su mensaje, su visión de la situación económica, política y social actual es tan real, tan "sensato", que pensé que no podía quedarse sólo en la esfera de la comunidad católica. Mi intención no es hacer un resumen extenso del libro. Sólo expondré algunas de sus ideas. La conexión con las dos historias anteriores y con lo que está viviendo la humanidad en este momento es evidente y las lecciones que deja para la vida de cada uno de nosotros, sin importar las creencias religiosas, son inmensas. 

De acuerdo con su análisis, la crisis financiera que atravesamos hoy tiene su origen en una crisis antropológica profunda que reduce al ser humano al consumo. La deuda y sus intereses de los países, los alejan de la oportunidad de otorgarle a sus ciudadanos un poder adquisitivo real. La disparidad económica y social es la principal causa de la violencia. A todo lo anterior hay que agregarle la cultura generalizada según la cual el más fuerte se come al más débil, y en donde la prioridad principal es el culto a las apariencias, a lo superficial, a lo inmediato. La novedad de su mensaje radica en que cuestiona a la Iglesia misma, y propone regresar a lo esencial. Frente a la mundialización de la indiferencia, propone repensar toda la estructura y la labor de la Iglesia en función de salir de nuestras certitudes y de nuestros problemas para pensar en el otro. La vida puede ser muy dura para muchos, cada uno de nosotros tiene su carga por llevar, pero si tenemos la certeza absoluta que somos amados tal como somos, igualmente, si comenzamos por amarnos a nosotros mismos, tendremos en nosotros el amor necesario para darlo a otros. Logramos realizarnos plenamente como seres humanos cuando buscamos la manera de ser coherentes con nuestro corazón y nos abrimos hacia los demás, hacia los problemas del otro y buscamos entenderlo y según nuestras posibilidades y  nuestros dones, ayudarlo. Exhorta a cada persona a no excluir al otro porque es diferente. Al contrario, es escuchando y reconociendo las diferencias como podemos enriquecernos, es adaptándonos a los cambios de la sociedad actual como podemos encontrar nuevas formas de repensar la misión que cada uno tiene. Muchas veces, basta con sólo disminuir la velocidad a la que vivimos, tomarnos el tiempo de escuchar y acompañar al que, caminando a nuestro lado en un principio, parece quedar rezagado. Más que el temor de equivocarnos deberíamos tener miedo de encerrarnos en nosotros mismos, en nuestras certezas, en nuestra zona de comfort y osar luchar por lo que nos dicta nuestro corazón de hacer. No importa si no entra dentro de los parámetros de la razón. Dejarse guiar por el corazón y aceptar que no todo tiene una explicación da una paz interior que permite caminar con paso seguro en los momentos difíciles. Es precisamente en los momentos difíciles, en nuestro paso por el desierto de nuestra vida, como nos deshacemos de lo que no nos sirve y nos quedamos con lo esencial. 

No he mencionado a Dios en el resumen que he hecho de sus ideas, sin embargo, espero que para aquellos que creen, su presencia sea evidente. Eso fue lo que más me impresionó de su mensaje. Está dirigido a todos y cada uno de  nosotros, pues es lo suficientemente amplio como para que sus ideas le lleguen a cualquier persona y es a la vez lo suficientemente directo como para que sintamos que el mensaje está dirigido a cada uno de nosotros de manera específica y única. A mi juicio, ésa es la verdadera dimensión de lo que debe ser la Iglesia y de la manera como deberíamos interpretar su mensaje. 

lundi 10 mars 2014

CAMINANDO Y PEDALEANDO

Las estaciones constituyen para mí la manera que utiliza la naturaleza para recordarnos el ciclo de la vida. Nacer, crecer, morir, renacer. Cada estación es diferente y siempre necesito un tiempo de adaptación. Primero cambia mi metabolismo y un poco más tarde, mi estado de ánimo. Viniendo del trópico, debo confesar que no fue fácil acostumbrarme. Clasificar mi ropa en tres categorías ( frío, transición, calor) era definitivamente algo a lo que no estaba acostumbrada. Y cuando se tienen hijos en crecimiento, la tarea se complica. La comida también cambia, en invierno pensar en ensaladas me produce escalofríos y en verano pensar en gratinados me da coma lipídico. No se imaginan las primiparadas que tuve que hacer para aprender a organizar mi vida en ciclos de 3 meses. Mi closet era un desastre. La nevera también!! Y ni les cuento mi estado de ánimo. El desánimo en los días de frío y luego la impaciencia del verano. Me parecía estar siempre luchando contra la corriente. Contra el frío, contra las capas de ropa, luego contra la lluvia, contra el calor, la humedad. Era como vivir en círculo. Siempre repitiendo las mismas contrariedades. "J'en avais marre", Estaba cansada de vivir así. Sólo cuando tomé conciencia de lo que pasaba en mi cuerpo y en mi estado de ánimo en cada estación, cuando me di cuenta de las diferencias, cuando acepté lo que me ocurría en cada una de ellas, cuando comprendí que todo hacía parte de un ciclo pero que nunca era igual al anterior, fue cuando finalmente comencé a disfrutar los cambios que se operaban de manera más o menos regular en mi cuerpo y en mi estado de ánimo en cada estación.  Entendí que tenía que disfrutar el frío en invierno pues en verano me quemaría de calor y pensaría con nostalgia en el frío del invierno. Debo advertir que no fue automático. Me costó tiempo. Pero aprendí. El tiempo de adaptación a los cambios se redujo y mi capacidad para emocionarme con lo bueno que me aportaba cada estación aumentó. Ahora sólo me queda aplicar estas lecciones al resto de situaciones en mi vida a las que me resisto a cambiar. Sí, tantas certezas por un lado, tantos miedos por el otro. Sólo me falta comprender que todos los problemas hacen parte de un ciclo y que incluso si pienso que retrocedo, no hay tal. Siempre se avanza, así pensemos cometer los mismos errores una y otra vez, no importa. Cada situación nos acerca cada vez más a nuestro destino. Sólo hay que seguir "caminando y pedaleando".   

ULTIMOS DÍAS DE INVIERNO


 



PRIMEROS DIAS DE PRIMAVERA







lundi 3 mars 2014

OPCIONES

Un niño de unos 13 años en Afganistán siente que no tiene opción. El horno que le permite a su madre trabajar y mantenerlo a él y a sus hermanos dejó de funcionar. Decide unirse a la célula terrorista de su pueblo a cambio de dinero para el horno de su madre. No sabe exactamente cuál es el trabajo pero lo sospecha. A miles de kilómetros, un empresario acaba de culminar un importante negocio en China y regresa a Estados Unidos. En el aeropuerto, alguien le roba su teléfono celular. Llama a la compañía de teléfonos para descubrir dónde está su teléfono, en él tiene fotos de su hija que acaba de morir. Está dispuesto a hacer lo que sea con tal de que le devuelvan su teléfono. La joven que trabaja en la compañía de teléfonos es sensible, le gusta cantar y ayudar a la gente. Tiene una voz dulce que inspira confianza. Gracias al GPS del teléfono, logra rastrear su ubicación. No debería hacerlo pero la historia de las fotos de la hija del propietario del teléfono la han conmovido. Decide tentar la suerte y llamar. El joven Afgano tiene una bomba en su cuerpo. El detonador es el teléfono en cuestión. Faltan sólo unos minutos para que la señal del teléfono active la bomba y  termine con su vida. Está asustado. El teléfono suena, él no sabe qué hacer, decide contestar. Es la joven telefonista con la voz dulce. Ella percibe la angustia en la voz del muchacho, intenta calmarlo y le pregunta qué le ocurre. El Afgano decide confiar en ella. Tiene que hablar con alguien. Así sea la última persona con la que hable antes de morir. La joven telefonista entiende la situación , le suplica que desconecte el teléfono, que le quite la batería a la hora señalada para impedir que la bomba explote, que ella puede ayudarlo. El joven accede, le pide un horno, ésa sería la única razón por la que él accedería a no explotar la bomba. Ella la promete ayudarlo, le pide que confíe en ella, que le de 10 minutos y prenda el teléfono. El muchacho sin saber cómo ni por qué, decide confiar en ella. Desconecta el teléfono. El dueño del teléfono estaba en China para firmar un negocio de compra de hornos. Unos días después el joven Afgano recibe en la puerta de su casa un encargo. Un horno. 

Es una historia que vi en una serie de televisión que acaba de comenzar aquí en Francia. Se llama TOUCH.
El mundo está cambiando. Que en Hollywood estén decidiendo financiar series diferentes es una señal que hay un público para este tipo de programas. Cada vez hay más personas que creen en lo inexplicable. Cada vez hay más personas que se interesan por los demás. Facebook se llena de afiches y mensajes de todas partes del mundo apoyando al pueblo Venezolano. La plaza en Simferopol en Crimea está llena de veladoras, de flores y de oraciones por la paz en Ukrania. Consideran que la oración y la fé son lo suficientemente poderosas como para evitar una guerra. El mensaje es uno: Cualquiera que sea el problema, siempre hay OPCION, siempre hay una solución. No estamos solos. Cada acción que realicemos tiene una repercusión en la humanidad entera. Sólo hay que creer. 

P.S. Siempre pensé que el trabajo de un escritor conllevaba una gran soledad. Estaba equivocada. La conexión con los lectores existe. Gracias !!!